perro jugando con pato amarillo

Cómo aliviar el estrés de su perro cuando va al veterinario

Autor Icono de la empresa KONG

Puede ser una tarea difícil, pero este blog está aquí para ayudar.

Tener un perro en la vida puede ser gratificante a muchos niveles. Emocionalmente, aportan riqueza a nuestras vidas. Físicamente, pueden ser un catalizador para aumentar la actividad, lo cual es importante para la salud y la forma física. Los perros nos divierten, nos protegen y, a veces, nos inspiran para ser mejores seres humanos. También pueden despertar en nosotros una ternura que a algunas personas les cuesta mucho más mostrar a los seres humanos. Para muchos, son miembros de nuestra familia.

Tener un perro implica ciertas responsabilidades. Entre ellas se incluyen: alimentación adecuada, un lugar seguro donde vivir, estimulación adecuada, ejercicio y atención médica decente. No todos los perros aceptan fácilmente todas estas ventajas. La atención veterinaria es un buen ejemplo. Mientras que algunos perros no tienen ningún problema en ir al veterinario, otros lo afrontan con miedo y ansiedad. Dependiendo del perro, esto puede manifestarse en síntomas relativamente leves como jadeo, temblores, lloriqueos, micción y defecación. Entre las reacciones más graves se encuentran el comportamiento de huida, los aullidos excesivos, los ladridos y la agresividad.

Para algunos padres de mascotas, la dificultad de llevar a su perro al veterinario es tan grave que posponen todos los problemas médicos, salvo los más críticos.

Como adiestradora canina, con frecuencia me pedían que diagnosticara y ofreciera programas de tratamiento para ayudar a los perros a superar su miedo a las visitas al veterinario.

Dependiendo del compromiso de los padres de la mascota y de la gravedad de las reacciones del perro, éste no siempre era el comportamiento más fácil de tratar. La buena noticia es que hay muchas cosas que los padres pueden hacer para aliviar, y a veces incluso eliminar, el miedo del perro a las visitas al veterinario.

Veamos cómo abordar este comportamiento paso a paso.

¿Qué es lo primero que hay que saber?

Para abordar el comportamiento de la forma más eficaz, es importante comprender la causa o causas que lo originan. A menudo, un comportamiento, por ejemplo un lloriqueo excesivo, es síntoma de un problema subyacente. Simplemente reaccionar al comportamiento sin abordar las causas reales puede dar lugar a la sustitución de los síntomas. En lugar de un perro que lloriquea al veterinario, ahora defeca o algo peor.

Entonces, ¿cuáles son las causas subyacentes de este comportamiento?

Comportamiento aprendido. Los perros no nacen temerosos del veterinario o del hospital veterinario. Es algo aprendido. Esto no quiere decir que los veterinarios o su personal tengan la culpa. Nadie se dedica a la medicina veterinaria porque no le importen los animales. El problema es que algunos de los procedimientos a los que se somete una mascota son aterradores, a veces incómodos, invasivos y, en ocasiones, incluso dolorosos. Además, los perros no entienden la finalidad. Sólo saben que cuando se les lleva al hospital ocurren cosas malas (desde su punto de vista). Una vez que aprenden a asociar las cosas negativas con la experiencia veterinaria, el miedo o la ansiedad que sienten suele manifestarse en algún tipo de comportamiento. Ladridos, deserciones, aullidos, intentos de escapar, temblores, miradas suplicantes para que les ayudes, agresividad, etc.

¿Cuál es el siguiente paso para afrontar este reto?

Primer paso: La sala de espera. ¿Qué ocurre normalmente aquí? Su perro se da cuenta de que va al veterinario en algún momento entre el aparcamiento y la puerta principal del hospital. El paseo normal con la correa se vuelve mucho menos ansioso una vez que entra en la sala de espera de la recepción. El perro reconoce dónde está y puede ver las reacciones de otros perros que esperan, muchos de los cuales estarán estresados. El perro y los padres se sientan y esperan mientras aumenta la ansiedad.

¿Cómo se cambia esto? La mejor manera de abordar este comportamiento es cambiar las experiencias del perro durante las visitas al veterinario y repetir esas experiencias varias veces. De este modo, el perro estará contracondicionado y, básicamente, se le volverá a entrenar para que tenga asociaciones diferentes y más positivas con el hecho de entrar en el hospital y sentarse en la sala de espera.

Lleve a su perro al hospital/clínica veterinaria. Cuando llegues, llévalo a la sala de espera, siéntate y empieza a darle golosinas súper especiales. Yo siempre utilizaba trozos de perrito caliente para estas golosinas súper especiales. También sé que a casi todos los perros con los que trabajé les encantaban. Los partía en unos 20 trozos por perrito caliente, así que estamos hablando de trocitos muy pequeños. Siéntese en la sala de espera con el perro y comience a elogiarlo sin parar. Cada 20 segundos aproximadamente, dale un trocito de perrito caliente. Después de unos 5-10 minutos, levántate con el perro y vete. Vuelve al coche, espera unos 15 minutos y repite el proceso. Luego da por terminado el día y vete a casa. Haga esto 2 veces por semana durante un mes y puedo garantizarle que la mayoría de los perros estarán menos ansiosos y mucho menos estresados y temerosos que antes cuando visitan el hospital. Si es demasiado difícil llevar al perro al veterinario dos veces por semana, hágalo una vez por semana. Cuanto más a menudo usted puede hacer esto más rápidamente usted podrá condicionar al perro para ser menos temeroso.

Algunas otras sugerencias. Los consultorios veterinarios son lugares muy concurridos, por lo que es mejor consultar con ellos antes de ir de visita. Explícales lo que estás haciendo y la mayoría te apoyará. De hecho, dependiendo de lo ocupados que estén cuando llegues, puede que parte del personal veterinario esté encantado de ayudarte. A lo largo de los años, miembros del personal de docenas de hospitales se han acercado a mí y al perro con el que estaba trabajando, ofreciéndose a darles de comer y acariciarlos. Cuanto más positiva sea la experiencia del perro, mayor será la probabilidad de que la disfrute y aprenda a asociar las cosas positivas con las visitas al veterinario.

Además, intenta no agobiar al perro. Este blog es simplemente una guía. Si ve que su perro está cansado después de la primera sesión de 10 minutos, déjelo ahí. Si 10 minutos es demasiado tiempo, prueba con 5 minutos para empezar y ve subiendo.

¿Qué pasa si la comida no funciona?

Eso depende, ¿tu perro está motivado por la comida normalmente, o simplemente están motivados por cosas diferentes?

¿Y si su perro no está motivado por la comida?

Si el perro no está motivado ni siquiera con golosinas superespeciales, pregúntese con qué está motivado. Algunos perros están motivados por el juego. A otros les encantan los juguetes. Si puede encontrar lo que le gusta a su perro y ofrecérselo en el hospital, está de suerte. Pruebe con su juguete favorito o con algún juego suave. La clave es enseñar al perro a tener asociaciones más positivas en el hospital veterinario.

¿Y si el perro suele estar motivado por la comida pero no quiere tomar nada en la consulta veterinaria?

Si su perro, normalmente amante de la comida, está demasiado estresado para comer durante la visita al hospital, pruebe a darle de comer antes de entrar en el hospital. Lleve al perro del coche a la puerta del hospital, deténgase para darle una golosina especial y llévelo de vuelta al coche. Haga esto 10 veces por sesión varias veces a la semana. Al final de la primera o segunda semana, el perro debería mostrar muy poco estrés al caminar hasta la puerta del hospital. En ese momento, intente caminar desde el coche hasta la puerta 5 veces y, a la sexta, entre en la sala de espera, siéntese durante uno o dos minutos y salga. Acuérdese de elogiarle mientras esté allí sentado. Haga esto durante el resto de la semana y para la semana siguiente, la mayoria de los perros estaran listos para comer cuando esten sentados en la sala de espera. En ese momento, empiece a llevarlos varias veces a la semana y a darles de comer en la sala de espera como se indica en las instrucciones anteriores.

Por cierto, la modificación anterior puede utilizarse con juguetes o juegos. Simplemente camine desde el coche hasta la puerta principal, juegue suavemente con el perro durante 20 o 30 segundos, vuelva al coche y repita.

Estos métodos parecen llevar mucho tiempo. ¿No hay una forma más rápida de hacerlo?

Algunos perros hacen progresos asombrosos en muy poco tiempo. Otros pueden tardar meses. Algunos pueden aprender a disfrutar yendo al veterinario. Otros nunca lo amarán, pero ciertamente pueden aprender a tolerarlo. La modificación del comportamiento puede llevar tiempo pero, en mi opinión, si esto ayuda a su perro a sentirse mejor y a estar menos ansioso/miedoso es tiempo bien empleado.

En mi próximo blog, hablaré de cómo aliviar el estrés durante los exámenes veterinarios.

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